Hombre murió abandonado por su familia en un asilo, loque dejó bajo su almohada hizo llorar a todos

Bajo la condición de que la familia no le pueda prestar el total cuidado a una persona de tercera edad, pero hay quienes simplemente usan estos lugares para dejar
abandonados a sus familiares.

Es muy triste ver como los abuelitos mueren abandonados en estos lugares, sin familia, siquiera una visita de vez en cuando, simplemente los dejan allí para que otro se haga cargo de sus necesidades hasta que abandonan este mundo terrenal.
Hacer esto no solo es penoso e indignante, sino que es también una lástima que sean abandonados de esta manera, ya que en algún momento fueron estos ancianos quienes nos criaron, sin ellos no estaríamos donde estamos ahora, nos cuidaron y criaron cuando éramos bebés, lo mínimo que podemos hacer por ellos es prestarles la misma atención cuando son mayores.
Este hombre dejó una carta antes de morir que ha conmovido a todos. Sin embargo, hay personas que no piensan de esa forma o quizás hacen caso omiso a todo el asunto, y dejan a sus padres o abuelos abandonados en un asilo, no los visitan nunca, ni se preocupan por saber cómo han estado.

Este caso se repite mucho, en todo el mundo y en muchos asilos, no es un tema nuevo ni algo que se esté apenas descubriendo, pero sí es un tema delicado al que se busca concientizar para que la gente comience a considerar otras cosas al momento de pensar en sus familiares de tercera edad.
En este caso tenemos la historia de un anciano que fue abandonado en un asilo, su familia no se preocupó por visitarlo más, sino que quedó a merced de quienes trabajaban allí. Lo que sorprendió a todos, fue la carta que este hombre dejó antes de morir.
La carta decía lo siguiente:


Cuando me miras ¿Qué ves?
¿Ves a un hombre enfermo sin ganas de vivir?
¿Qué piensas cuando me ves?
¿Ves a un anciano, un poco torpe
con hábitos despreciable y mirada lejana
al que la comida simplemente le cae en la boca
y no responde a nada?

Ustedes todavía siguen tratando de que coma
y dicen en voz alta ¡Al menos inténtalo y pruébala!
Alguien que pierde su calcetín y sus zapatos
quien queriendo o sin querer les deja realizar su trabajo conmigo
Un viejo que extiende sus horas de baño y de comida
solo para acortar la duración de sus días
¿Es eso en lo que piensan cuando me ven?
Abran los ojos y véanme bien enfermeros…
No me están mirando a mi
Yo les diré quién verdaderamente soy.
Soy un bebé recién nacido
a quien su madre le da de comer.
Soy un niño de 10 años con padre,
madre,
hermanos y hermanas que se quieren mucho.
Soy un adolescente de 16 años con mucha energía
quien sueña con encontrar en los próximos años la mujer de su vida.
Un novio de 20 años con el corazón latente por su dama,
que a los 24 años ya se ha casado con esa persona especial.
Soy un joven padre que cría a sus hijos.
Ya con 30 años y mis pequeños han crecido rápido,
pero hago lo posible por pasar ratos con ellos
para cultivar una relación que ha de durar mucho.
A mis 40, ellos ya son pre adultos y siguen creciendo,
unos ya se fueron de la casa, otros también se casarán,
pero a mi lado siempre estará mi querida esposa.

Con 50 años vuelvo a tener un bebé en mis brazos,
la alegría de ser abuelo es incomparable

Los niños juegan en mis piernas y se divierten.
Pero días tristes vuelven a tocarme,
Mi amada esposa fallece.

Miraba al futuro con miedo y escalofríos.
Mis hijos hicieron su vida,
los nietos también lo han hecho,
entonces pienso en los años que ha pasado,
en aquel momento que conocí el amor.
Hoy soy un viejo sin fuerzas,
la naturaleza es muy cruel y no perdona.

Todos te miran con desprecio
como si fueran un inepto inservible.

Así bien, podemos ver que estas personas sienten y piensan, no olvidan quienes fueron y saben que si están en esa situación es porque su familia no tiene interés en ellos, aunque en algún momento fueron ellos quienes se esforzaron por criar a los niños y formar esa familia. Es muy triste la reflexión que realiza el hombre, compártela en tus redes para que más personas puedan llegar a ella.

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