¿Te has preguntado alguna vez por qué las carreteras presentan esas «curvas aparentemente innecesarias»? Seguro que en tus largos viajes en coche o autobús has notado como se extienden esas interminables curvas, a pesar de que algunas podrían parecer evitables. Sin embargo, hay una razón detrás de esta aparente extravagancia.
La construcción de carreteras requiere la intervención de mentes brillantes y expertas, y estas curvas tienen una finalidad práctica, lejos de ser un mero capricho estético.
Una de las razones principales es evitar la inactividad del conductor. Los tramos sinuosos y las pendientes, Incluso cuando no parecen estrictamente necesarios, tienen un propósito claro: impedir que el conductor permanezca mucho tiempo a altas velocidades y se aburra o, incluso, se quede dormido al volante. Además, las curvas ayudan a gestionar adecuadamente el drenaje de agua de lluvia
En carreteras rectas excesivamente largas, los conductores suelen aumentar la velocidad, superando los limites de diseño y aumentando el riesgo de accidentes. De ahi la importancia de mantener la atención del conductor con curvas y cambios en el terreno.